martes, 18 de octubre de 2011

Viejo Arrabal

Desde la Puerta la Carne hasta la Huerta del Rey alcanzaba el diámetro del barrio de San Bernardo. Aquí dejo unas fotografías de la cofradía, de gran sabor histórico. Poco a poco iré publicando más instantáneas.









miércoles, 12 de octubre de 2011

Sobre mi pecho descansa

Callada, quieta, templada

fina, apagada, encendida
elegante, flamenca y gitana
no habla sino canta
en mis manos tu magia
y es eterna tu sonanta

Envuelto en tu armonía
me rinde el sueño
y amanace en mi cama el día
con tu ébano por dueño
y mi ilusión echa alegría

Si algún dia falto
que la echen sin pensarlo al río
que su corriente siempre llevará

el secreto de su sonío

martes, 11 de octubre de 2011

Adorado Tango

Empiezo con un tango que me hace sentir, de Don Enrique Cadícamo


Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir...
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas...
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.

Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.
Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor...
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir...
Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.

Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez...
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"...

Y como no, Don Carlos Gardel, padres del tango.


Si arrastré por este mundo
la vergüenza de haber sido
y el dolor de ya no ser.
Bajo el ala del sombrero
cuantas veces, embozada,
una lágrima asomada
yo no pude contener...
Si crucé por los caminos
como un paria que el destino
se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego,
sólo quiero que hoy comprendan
el valor que representa
el coraje de querer.

Era, para mí, la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía
toda la humilde alegría
de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.

Por seguir tras de su huella
yo bebí incansablemente
en mi copa de dolor,
pero nadie comprendía
que, si todo yo lo daba
en cada vuelta dejaba
pedazos de corazón.
Ahora, triste, en la pendiente,
solitario y ya vencido
yo me quiero confesar:
si aquella boca mentía
el amor que me ofrecía,
por aquellos ojos brujos
yo habría dado siempre más.


lunes, 10 de octubre de 2011

Ese día en tu tacita


Si llegara el día en el que los dioses reclamaran mi alma
si llegara el día en el que me ofrecieran la infinita calma
si el olimpo me ofreciera el paraíso y el firmamento
si la diosa Atenea me jurara amor eterno
si en la eternidad vagara en libertad despues de muerto
preferiría vivir como un mortal si no te tengo
que sería de mi sino puedo vivir a tu verita
si desde el dia en que nací yo me sentí
el Dios de la tacita

Soy el Dios de la arena por ser mi piel morena
el Dios de la mar por tener mis venas bañadas de sal
soy el Dios del cielo y del universo de barquillitas de un puerto de coral
dime tú pa que quiero más

A los hermanos Catalán, voces finas y oscuras de Cai.

A Miguel Poveda

Tengo el placer de poder asistir una vez más al espectáculo flamenco que dará Miguel Poveda, Dios mediante en la ciudad de Sevilla, en el teatro de la Maestranza los días 10,11 y 12 de Diciembre. Será la cuarta vez que comparto su arte, y deseo y espero recibir ese pellizco que solo él consigue transmitir con tan sublime facilidad. Flamenco de hoy y leyenda de mañana. Aquí un detalle al cuatro por medio, como dirían entre sonantas y palmas a compás.

A mi me duele, me duele
Ay, cómo me duele
La boquita de decirte
Gitana si tú me quieres.

Cosas dice este loco
Que no ha dicho una mentira
Pero una verdad tampoco.

Sembré en una maceta
La semilla del encanto
Me salió la violeta.

Pobrecica de mi madre
Que le han "robao" de la azotea
Su velacho de lunares.

La hija mía
Se fue a Alemania y no ha "vorvío"
La ciudad donde yo he "nacío"
Y yo me voy a Alemania
Gitana mía "pa" divertirme.

Y yo me voy a tomar un veneno
Gitana mía para morirme.

Al pasar por la "vitoria"
Pasé un santito y te quité
Mi querer de la memoria.

Mi amante es pajarero
Y me trajo un loro
Con las alas doradas
Y el pico de oro.

Tiene por maña
Cuando te curren
Llama a los guardias.

Ay piló, piló
Lo que me da mi "mare"
Me pongo yo.


Un compromiso

Sin firmar un documento
ni mediar un previo aviso
sin cruzar un juramento
ha nacío un compromiso
sin promesas nos marchamos
ni me obligas ni te olbigo
y aún asi se que soñamos
yo contigo y tu conmigo
y por eso tu destino es como el mío
si tu eres vela yo soy viento
si tu eres cauce yo soy río
y si tu eres llaga yo lamento
nadie habló de enamorarnos
pero Dios así lo quiso
y tan solo de tratarnos
ha nacío un compromiso



La hermosa imprudencia

Que bonita es la hermosa imprudencia de ser.
Aprender a cantar al borde de un barranco y salvarlo.
Los ojos de la mujer que ronda tu cabeza, sabiendo lo que dicen, y te avanzas al instante exacto del pensamiento.
Con el lazo que abriga tu cintura y mis manos, inseparable nudo de sentires.
Hacer plegaria de tus palabras, invitación a tu sueño.
Placeres no escritos, ni encontrados, pero perfectamente trasmitidos.
Tener poder de esclarecer los sentimientos frente al inigualable susurro del que mira.
Un canto que sale más allá de mis propias entrañas.
A la sombra y aroma de unos nardos, se duerme mejor el sueño pasajero de esperar que pase el día y te vea.
Sonidos de puertas dentro de mí, que sé que solo tienes la llave tú, y ansío que sean abiertas como cancelas de par en par.
Baile de danzas entre vueltas y bellezas que son golpeadas desde lejos, y toman el vuelo sin cesar.
Morderte la cintura sin temor a dejar una huella que ya permanece dentro de tú piel.
Pasión y anhelo de rapto de tu ser imprudente, de noches de guitarras de arena, de vuelos recónditos, de cielos.


Hasta mañana y siempre, y otra vez, hasta mañana y más siempre.
Seré imprudente contigo y con quienes amen a la imprudencia
Hermosa imprudencia

miércoles, 5 de octubre de 2011

Tan solo verte

Y llegamos al altar de plata rendidos de cansancio pero con el pecho lleno de ganas y fuerzas.
Que rapido pasó lo que ya me imaginaba que no iba a detenerse en mi primavera. Como siempre un camino diferente, cargado de detalles preciosos, de vivencias que se para, que las saboreas para siempre y se quedan en tu corazón, de amigos de verdad, de acompañantes de sendero...
Desde que despertó la mañana ese día de salida, te di las gracias por haberme concedido el privilegio de poder vivir otro amanecer junto a mi carreta. Empezamos a caminar hacia tu casa, y son rosas rojas las que adornan a tu hermana Esperanza en esta clara diana.
Desde que llegan los primeros rayos rubios al camino, se deja notar el intenso calor que nos va acompañar durante todo el día. No ayuda en el andar, pero tampoco hace imposible nuestro avance por los bancos de arena. Y son tus aguas Quema, mágicas al cruzarlas, las que salpican de gloria los caballistas y hacen volar a todos los volantes y sombreros de Sevilla.
Amaneció fria la mañana en el sendero del Caoso, para dejar paso a un grupo de amigos, que entre olivares se hizo presente bajo sevillanas de muy antigua voz, letras de pellizco y de soberano significado. Ya se palpaba nervioso el andar, el puente de madera quedaba cerca, y
por más que te impedían las fuerzas caminar, esas fuerzas se multiplicaban en razón de lo cerca que se presentía la brisa de tu espadaña. Y a paso corto, me adentré en su casa, quería compartirlo con mis acompañantes de camino, busque su cara y parecía que no iba a llegar el
final de esa pared blanca del sagrario desde la puerta lateral. Y de pronto desapereció el dolor, no era capaz de mover un músculo del cuerpo, mis pies se pegaron al suelo lleno de arena, y mis manos se engarrotaron. No puedo explicar, escribir ni cantar ese instante,
solo puedo decir que me hizo sentir tranquilo, respiré libre, descargue mis penas, desahogado y bien, necesitaba eso, simple y sencillo como estar frente a frente con su majestad y serenidad. Nadie puede explicar lo que se siente en ese instante que llevas esperando un año
y que se para en ti, solamente en ti, para darle las gracias por todas las cosas que nos acordamos, y por las que no nos acordamos y que ten por seguro que ella se acuerda por ti. No sé si es Fe, devoción o emoción, no lo sé, pero es tan grande que no te cabe dentro y no te queda
más remedio que acunarte en los tuyos, los que sufrieron contigo, los que te dieron su mano en la caída, los que dieron conversación, los que te contaron...No lo entiende mucha gente, pero te entiende quién te vive, no solo una vez al año, sino todos los días.

Antes de emprender la vuelta, buena gente en reunión, gente del arco, de la Puerta de la Carne, de Chiclana, de San Bernardo, tambores dedicados...Unas letras para despedirnos en su casa hasta verla el año que viene, el mismo día, con las mismas cosas, y la misma gente a mi lao.
La vuelta es siempre la vuelta, tranquila, apagada y triste, la que gusta al rociero de verdad, por aquello del acogimiento y el disfrute con tu gente, y sobre todo por el recuerdo de ese instante de tiempo parado ante sus plantas.
No es triste volver, ya que en el Salvador la tenemos todos los días, y durante un año nos guarda, para volver a ver a su hermana mayor.
He vivido un camino de los de recordar por muchas cosas, por hacerme más fuerte, por hacer más grande la amistad con mis amigos y amigas, por que ella fue la única que conoció la razón de mi silencio, y porque me ayudaron a llegar. Con distintos colores, distintos caminos o distintas
casas, nos une el cariño a ella y quieran o no, cada primavera llegará, y me echare a caminar con mis amigos.
Hoy me quito el sombrero, para guardarlo con mi cinta y mis pañuelos hasta el próximo mayo. La medalla, con las historias de este camino, volverá a velar mi sueño, rondando
mi cabecera al lado de mi Esperanza, y viendo como mi sonanta, reposa en la esquina de mi habitación. Si ella hablara de su camino, se entenderían muchas cosas que no tienen
explicación y que se reviven cada año en el Rocío...

El Flamenco duele

Abre el día y con los primeros rayos del rubio sol comienzo una nueva historia. Desayuno café solo acompañado de una tostada con aceite y tomate. Vieja taberna de añoranzas.

Antonio de la Malena y Moraíto Chico

Ay siente tu mis fatigas
siente tu mis penas
siente tu mis fatigas

que yo también
voy a sentir las tuyas
cuando tu te mueras
siente tu mis fatigas
siente tu mis penas

A veces es bueno sentir el dolor, ese dolor que alegra el alma y el espíritu, el dolor es necesario para el alma, no todo tiene que ser alegría. El dolor fortalece. A través del cante y el toque se saca ese sufrimiento que se ha vivido o pasado. Por el flamenco se expresan los sentimientos. Que salga fuera toda la rabia y todo el sentimiento.

La música sale del alma, y está creada de un dolor, una pena, un sentimiento que te mueve. He ahí que sea tan sublime y duela. No se puede hacer música por rutina, porque pierde la esencia, pierde el sabor, la profundidad, el olor, no llega. Simplemente se saca del alma.

Lo mejor que se puede vivir es un recuerdo vivo.

No seas tan loca
que por tu forma de ser
me tienes de boca en boca

Es una sensación increíble, que te da energía y vitalidad. Alegría transmitida por el espíritu. Que bien sienta. Un jaleo y una palma a tiempo es la clave del inicio al cante. Necesito esa sensación en mi vida.

Me la tiene que entregar
como entregaron los moros
la llave de Tetuán

Camino de Jerez
lo van a sembrá de flores
pa que pasen los novios
pa que los novios pasen
canten los ruiseñores

Ay caminito de Alcalá
un coche mató a un chiquillo
ay prendieron al mayoral

Ojalá contigo fuera
ay pero no caen los rayos
ay la tormentita suena

Anda y vete de mi vera
que yo voy a rezar por ti
como si mi padre fuera

Cuando te veo venir
y a lo lejitos de la calle
a mi corazón le digo
que tenga paciencia y calle





martes, 4 de octubre de 2011

La Alboreá

Apuntes sobre los palos del flamenco y su referencia a Sevilla.

Las alroreas o alboreá es un palo o cante flamenco. Su nombre proviene de las coplas denominadas alboradas cuya denominación hace referencia al albor que es la primera luz del amanecer. Tiene origen castellano.

Se suele distinguir por algún autor entre la alboreá de los gitanos de la baja Andalucia (Sevilla y Cádiz) que se considera la verdadera y auténtica alboreá flamenca, de la alboreá que se canta en algunos otros puntos andaluces, como Córdoba, Granada y Jaén, incluso en la propia Extremadura.


Este pañuelito blanco

que amanece sin señal,

antes que alboree el día

con flores se ha de coronar.


En un verde prado

tendí mi pañuelo;

nacieron tres rosas

como tres luceros.


Se supone que la alboreá como estilo de cante aparece con las primeras manifestaciones del flamenco, a mediados del siglo XIX. En esa época el pueblo gitano aflamencó los cantes que se realizaban en las bodas, interpretándolos sobre el compás de una soleá ligera o de una soleá por bulerías. Molina y Mairena opinan que "numerosos cantes flamencos, desde la caña hasta la soleá, el romance y las bulerias, manifiestan íntimo parentesco con ella", refiriéndose a la alboreá flamenca que se canta en Sevilla y Cádiz y sus respectivas provincias, no considerando del mismo rango a la que se canta en el resto de Andalucía. La alboreá ha sido un cante cuyo ámbito de expresión siempre quedó circunscrito al círculo íntimo de la familia gitana. No obstante, y a pesar de que la exteriorización de este cante siempre ha sido juzgada por los gitanos como una profanación, la alboreá se encuentra grabada por cantaores gitanos en antologías flamencas y cantada en tablaos y festivales, aunque, eso sí, de forma limitada, debido a la creencia en la raza calé de que cantarla fuera del ámbito gitano traía mala suerte. Consecuencia de todo ello fue que la nómina de cantaores por este palo siempre ha sido corta y así podemos citar a Agujetas el Viejo, Joselero, Rafael Romero y pocos más.

La Sevilla de Bécquer


Por una mirada, un mundo, por una sonrisa, un cielo, por un beso... Yo no sé que te diera por un beso

Nació en Sevilla, el 17 de febrero de 1836. Era hijo de Joaquina Bastida de Bargas y del pintor José Domínguez Bécquer. Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir, con el nombre de Gustavo Adolfo, siendo su apellido original Domínguez Bastida. Tenía un hermano mayor, Valeriano, ambos huérfanos a muy temprana edad. Fueron adoptados por su tío, Juan de Vargas.

Gustavo Adolfo Bécquer
A los diez años, Gustavo Adolfo comenzó la carrera de náutica, en el colegio de San Telmo, en Sevilla. Sin embargo, su vocación se frustró, cuando el colegio cerró sus puertas. Fue a vivir, entonces, con su madrina, Manuela Monahay, y bajo su cuidado estudió pintura y latín.

En 1854, marchó a Madrid junto a su hermano. Allí colaboró en varias publicaciones periodísticas, fundando con unos amigos, la revista “España Artística”. Sin embargo su estadía no fue grata. Los graves problemas económicos y de salud (se le declaró hemoptisis), comenzaban a debilitarlo. En el Monasterio de Veruela, encontró un lugar para restablecerse, y desde allí envió sus escritos, entre ellos “Cartas desde mi celda”, a diversas revistas.

De regreso a Madrid, comenzó a trabajar en la Oficina de Bienes Nacionales, pero por poco tiempo.
Data de esa época, el amor profundo y fugaz con Julia Espín, hija de un profesor del Conservatorio y organista del palacio real. Se dice que muchas de sus rimas la tienen como inspiradora, y le legó su nombre (Julia) a su sobrina, hija de Valeriano.

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.

Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.

Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.

Fue con Casta, hija de su médico, Francisco Esteban, con quien Bécquer se casó en 1861, y con quien tuvo sus tres hijos. Sin embargo, el último de ellos fue fuente de conflictos matrimoniales, ya que Gustavo lo atribuía al fruto de un amor prohibido de su esposa.

Fue redactor del diario “El Contemporáneo”, Censor de Novelas, pero nunca participó en la vida pública o política. La fama no lo acompañó durante su vida. Tenía pocos amigos. Era serio, bondadoso, poco expresivo, le gustaba la música y admiraba a Chopen.

Su obra es muy reducida, sencilla, cálida, sentimental y depurada. La componen sus célebres “Rimas”, conjunto de 94 poemas breves, 25 leyendas y sus nueve cartas literarias con el título “Desde mi Celda”.

¿A qué fingir el labio risas que se desmienten en los ojos?

Si bien su fama se debió a sus versos, también sus prosas fueron magníficas. En las leyendas, cautiva al lector mostrándole un mundo fantástico, que lo atrapa hasta el final. No trató de dejar enseñanzas morales, ni se ató a la lógica, sino que dejó fluir su imaginación y sus sentimientos, típico de los autores románticos. Algunas pertenecen al género gótico o de terror, otras, son verdaderas poesías, escritas en prosa, y otras son narraciones de aventuras. En ellas se destacó su admiración por la naturaleza y los paisajes castellanos.

Inauguró, junto a Rosalía de Castro, la línea moderna española, y fue así reconocido por autores prestigiosos como Miguel de Unamuno, los hermanos Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Federico García Lorca, entre otros.

Se destacan entre sus obras: “El libro de los gorriones”, “Historia de los templos de España” (1857), “Cartas literarias a una mujer” (1860-1861), “Cartas desde mi celda” (1864), “Obras completas” (1871).
Entre sus leyendas: “El caudillo de las manos rojas” (1858), “La cruz del diablo” (1860, “La ajorca de oro” (1861), “El beso” (1863), “La rosa de pasión” (1864), entre otras.

Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, habrá poesía


Sus afamadas rimas fueron escritas en 1867, pero perdió el manuscrito durante la Revolución de 1868. Lo reconstruyó casi de memoria, y con la ayuda de algunas que habían sido publicadas en los periódicos de la época. Le dio el título de “El libro de los gorriones” y es conservada en la Biblioteca Nacional de Madrid. En ellas se entrecruzan en versos asonantes, los recuerdos, el amor, el desengaño, la desesperanza y la muerte.

Su vida se apagó en Toledo, aquejado por una enfermedad que lo acompañaba desde 1858, el 22 de diciembre de 1870, en plena juventud (34 años), meses después de la física desaparición de su hermano, que había fallecido en septiembre.

Entre sus últimos deseos, solicitó a su amigo, el poeta Ferrán, que quemase sus cartas personales, para impedir su deshonra, y que publicasen sus versos. Opinó que “muerto seré más reconocido que vivo”, y su premonición se cumplió.

Los restos de ambos hermanos yacen en Sevilla, donde fueron trasladados en 1913.